PABLO HERMOSO, A HOMBROS EN EL CARNAVAL DE AUTLÁN DE LA GRANA

Hermoso sobre ‘Viriato’, uno de los caballos destacados en Autlán de la Grana.

Hermoso sobre ‘Viriato’, uno de los caballos destacados en Autlán de la Grana.

El caballero navarro consiguió las dos orejas del segundo de su lote y logró salir a hombros.

Ganado: Cuatro toros de Rosas Viejas y dos para rejones, segundo y quinto, de Teófilo Gómez, de buen juego en conjunto.

Toreros: Joselito Adame (oreja en ambos), Pablo Hermoso de Mendoza (silencio y dos orejas) y Javier Tapia “Calita” (oreja y silencio)

Lugar y fecha: plaza de toros Alberto Balderas de Autlán de la Grana, estado de Jalisco (México). 14 de febrero.

Incidencias: Lleno hasta la bandera. Tarde nublada con temperatura agradable. Primer festejo de esta feria de carnaval. Adame y el torero navarro salieron a hombros.

Pablo Hermoso de Mendoza comenzó el sábado pasado su tradicional mini gira de carnaval en México y lo hizo con un triunfo en el primer festejo de la feria de Autlán de la Grana, donde salió a hombros tras conseguir las dos orejas del segundo de su lote, en un festejo en el que no lo tuvo fácil por el reducido tamaño del anillo y por el estado del ruedo tras las lluvias caídas.

Su primero fue un buen toro, que tuvo buen son y temple, lo que permitió que las monturas del estellés brillasen y la ejecución de una gran faena. La comenzó con Churumay, que llevó embebido en su cola al de Teófilo Gómez. En banderillas, Disparate dio lo mejor de sí y se lució galopando de costado y ejecutando la hermosina, que puso al público en pie. Después, Habanero, con sus ceñidas piruetas, mantuvo el alto nivel del trasteo.

Ya en el tercio final, con Pirata, dejó tres cortas, la tercera pasando por terrenos imposibles, un par a dos manos en el tercio y diversos adornos. Todo hacía pensar en un triunfo grande pero, tras un pinchazo, dejó un rejón trasero y bajo que sirvió, y el estricto público guardó un inmerecido silencio.

El triunfo lo logró frente al quinto de la tarde, un toro alto, sin fijeza, muy andarín de salida, que reflejaba pocas posibilidades de éxito. Por tales razones, no pudo lucir Churumay para intentar pararlo. Sin embargo, en banderillas, el cuatreño fue cambiando a mejor, gracias a la labor de Duende y su templado toreo de costado al hilo de tablas, y de Viriato, con su toreo circular, de mínimas distancias, con los pitones del astado muy cerca de su barriga y del estribo del jinete.

En la parte final de la faena, con Pirata lo bordó en tres banderillas cortas sin respiro y en los medios. Tras un par a dos manos y una rosa a petición del público, el caballero navarro terminó su magnífica labor con un rejonazo letal en buen sitio, que posibilitó la concesión de las dos orejas.

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