MUERE ‘RONCAL’, OTRO CABALLO LEGENDARIO DE HERMOSO DE MENDOZA

'Roncal' toreando en la plaza de Pamplona.

‘Roncal’ toreando en la plaza de Pamplona.

Poseía una sangre atípica para el toreo, era mezcla entre pura sangre y lipizano, lo que le dotó de una especial elasticidad ante el toro.

En este caluroso mes de julio, Roncal, otra leyenda equina del equipo de Pablo Hermoso de Mendoza, ha dejado de galopar por las praderas de Zaraputz y ha terminado con un justo y más que merecido jubileo. Roncal fue un caballo artista, uno de los máximos exponentes de la ortodoxia en el primer tercio y cuya facultad principal era la facilidad para adaptarse a las condiciones de los toros.

Este caballo poseía una sangre atípica para el toreo, era mezcla entre pura sangre y lipizano. Esta cualidad le dotaba de un poderoso cuerpo que todavía hacía más meritoria su gran elasticidad y su poderosa agilidad. Características estas que le hacían componer una preciosa y precisa imagen en el momento de la reunión con el toro y que incluso hizo que una imagen suya adornara el camión donde viajan los caballos de Pablo Hermoso de Mendoza, la misma que se convirtió incluso en el logotipo para la web de Pablo y de sus redes sociales, y que hasta la fecha se mantiene vigente.

'Roncal', imagen del camión.

‘Roncal’, imagen del camión.

Una lesión en la mano lo apartó de los ruedos prematuramente, impidiendo que su nombre fuese más popular, aun, a pesar de lo cual, Roncal dejó en sus dos temporadas en activo toda la impronta de su clase y toda una cátedra de torear en el primer tercio y reunir los rejones de castigo.

Para Pablo supuso un enorme descubrimiento cuando lo adquirió a finales de 2001. El navarro acababa de perder por un accidente a Tabasco, caballo árabe de salida, y estaba buscando un sustituto. Entonces encontró a Roncal en México y, en apenas unos días, concretamente el 13 de enero de 2002, el caballo debutaba en el primer tercio en la plaza de toros de Tepic (Nayarit) ante un toro de Puerta Grande. A partir de ahí, el caballo se hizo indispensable en las actuaciones del jinete, llegando a cerrar veintidós tardes en México y colocando cuarenta y tres rejones de castigo.

Comenzó la temporada europea de 2002 y Roncal ya era pieza fundamental en la cuadra de Hermoso de Mendoza y así fue hasta que un toro de Guardiola en la plaza de toros de Colmenar Viejo, el 24 de agosto, le infringió una cornada en su muslo derecho, más aparatosa que grave, pero que ya lo dejó fuera de combate para lo que quedaba de temporada. Hasta ese incidente, Roncal había actuado en cuarenta festejos, colocando seis farpas y setenta y seis rejones de castigo.

Descansó y se recuperó en Europa, y ya estaba en plena forma para iniciar en el mes de octubre la temporada por ruedos mexicanos, campaña 2002-2003, donde de nuevo volvió a ser pieza fundamental en veintiuna tardes y cuarenta y nueve rejones de castigo.

Roncal ya no era una promesa sino una autentica realidad y comenzó la que iba a ser su temporada más importante en Europa. Comenzó haciendo pleno en las diez primeras corridas, haciéndose imprescindible en las actuaciones de Pablo en las plazas más importantes del circuito de los primeros meses del calendario taurino: Arles, Sevilla, Jerez de la Frontera, Zaragoza, Bilbao, Madrid… fueron testigos de la evolución de un caballo que iba para leyenda. Esa en principio ilusionante temporada quedó cortada de golpe en diez festejos y veinte rejones de castigo.

Pero lo que nadie contaba en aquella tarde del 24 de mayo de 2003 es que Roncal iba a firmar su última tarde en los ruedos. Aquel complicado toro de Passanha que le tocó parar iba a ser el último de su carrera, porque días después se le detectó una lesión en una mano que ya le impediría actuar más veces y sobre todo que nos impediría a los aficionados disfrutar de uno de los caballos más estéticos y más sinceros del primer tercio.

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