Cuatro aficionados ejecutan la suerte del roscadero en la plaza de Mendavia. Fotografía: Joseba Carnicer.
La Asociación Taurina Nuestra Señora de Legarda ha celebrado seis festejos en su plaza de toros, además de un encierro por las calles.
La Asociación Taurina Nuestra Señora de Legarda de Mendavia, que cuenta con unos mil doscientos socios, lo que la convierte en una de las mayores del planeta taurino, cerró el domingo pasado su temporada taurina con una capea en la que se lidiaron diversas reses bravas de Antonio Fernández Resano, ganadero local de 59 años más conocido como El Chula.
Después de un copioso almuerzo, la plaza que posee esta entidad taurina, llamada Cárcava Brava, inaugurada en 1978 y con un aforo de 1.200 personas, fue el escenario de la sexta y última capea de la temporada, que registró una buena entrada, superior a la mitad de su capacidad.
Por la mañana, los aficionados se las vieron con varias vacas, un capón y un novillo, que ofrecieron buen juego. Menos años tuvieron las vacas que saltaron al ruedo por la tarde; concretamente, se recortaron eralas, utreras y algún añojo. Con una de ellas, de las más serias, cuatro aficionados formaron cuadrilla y se atrevieron con la suerte del roscadero, con desigual suerte. La jornada concluyó con la suelta de un par de becerras para los más pequeños.
Gustavo Alegría, presidente de esta numerosa asociación taurina, se mostró ayer satisfecho con los festejos que han quedado atrás. “La experiencia ha resultado positiva, sobre todo, por la participación de los socios. Además, todo ha parecido más vistoso después de las obras llevadas a cabo durante el invierno pasado. Entre otras cosas, renovamos gran parte de las tablas de la barrera y de los burladeros, y pintamos el interior, y ahora, a toro pasado, se puede afirmar que ha merecido la pena”.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX