MARCO Y ARMENDÁRIZ ‘LIDIARON’ MANO A MANO EN EL TAURINO DE PAMPLONA

A Marco y Armendáriz se les impuso el pañuelo del Club Taurino de Pamplona.

Ambos toreros navarros analizaron la temporada que han dejado atrás.

Francisco Marco y Roberto Armendáriz ofrecieron al alimón el pasado viernes en el Club Taurino de Pamplona una charla en la que analizaron y desgranaron la temporada que han dejado atrás.

El diestro estellés ha toreado este año diez corridas de toros –tres de ellas en Venezuela- y un festival, éste en la plaza francesa de Arzacq. Ha cortado doce orejas, ha logrado dos puertas grandes –en la venezolana Turmero y en Estella- y sólo de dos plazas se ha ido de vacío, de la venezolana Valle de Pascua y de Alcalá de Henares.

Por ello, calificó la campaña de “buena”. “Me siento orgulloso de la temporada que he protagonizado, pese a que a la espada me ha jugado malas pasadas. De lo contrario, habría conseguido un mayor número de trofeos. Tanto en Pamplona como en Santander puede demostrar mi progresión y la intentaré dejar todavía más clara el año próximo, aseguró Marco.

Respecto a su debut como doblador en los encierros de San Fermín, el estellés consideró que se trata de una faceta muy interesante del toreo. “Cada día me fui sintiendo más a gusto. Se trata de una figura del toreo propia de esta tierra y me siento muy orgulloso de poder participar como doblador en los encierros de Pamplona”, concluyó el navarro.

Consolidación

Por su parte, Roberto Armendáriz ha cerrado su campaña más importante, con dos puertas grandes en plazas de primera, en las de Pamplona y Zaragoza. Pese a los tiempos que corren, ha sumado treinta tardes, en las que ha cortado 64 orejas y tres rabos, lo que le ha permitido concluir la temporada entre los diez primeros rejoneadores del escalafón, con veinte salidas a hombros en su haber.

“Ha sido un año muy importante, de consolidación como rejoneador, porque, aparte de trofeos, he conseguido la regularidad que buscaba. En Pamplona y Zaragoza demostré lo que soy como torero. Y me he acercado a ese sueño que he tenido desde niño, ser figura del rejoneo”, explicó el caballero de Noain.

Tras la charla, a ambos toreros navarros se les impuso el pañuelo rojo del Club Taurino de Pamplona, distinción que lucieron durante la cena de hermandad que puso fin a la jornada.

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