LOS UTREROS VAZQUEÑOS SE IMPONEN BAJO LA MOLESTA LLUVIA EN LODOSA

El pamplonés Expósito se lució con las verónicas de recibo al qu e abrió plazal

Alvarito cortó la única oreja de la tarde, trofeo que perdió Expósito con el descabello.

Ganado: Cuatro utreros de Prieto de la Cal, bien presentados aunque desiguales, que cumplieron en el peto, y de juego dispar, con un cuarto que tuvo calidad y noblote el que abrió plaza.

Novilleros: Francisco Expósito: saludos tras aviso. Fernando Flores: saludos en el tercio. Miguel Falcón: pitos tras aviso. Alvarito: oreja tras aviso.

Presidencia: A cargo de Luis López Gainza, asesorado por Adrián Vaquero y el veterinario Pedro Oteiz, cumplió correctamente su misión.

Incidencias: Un tercio de plaza. Tarde lluviosa y con molestas rachas de viento. Flores, Falcón y Alvarito hicieron el paseíllo desmonterados.

En pleno verano, hizo su aparición la molesta lluvia y deslució el festejo que abría ayer la Feria del Piquillo de Oro. Por ello, la plaza presentó un aspecto un tanto desangelado, handicap superado por el buen hacer de la banda de música.

Y así, a toro pasado, se puede afirmar que se impuso la novillada de Prieto de la Cal, que alcanzó su décima comparecencia en Lodosa. Los desiguales utreros cumplieron en varas y ofrecieron juego dispar, con distinta calidad, pero todos aceptaron la faena en los medios y tres de ellos murieron sin haber abierto la boca.

Abrió la tarde y la feria el jabonero Felino, que embistió con nobleza y fijeza hasta que acabó algo orientado al final de la faena. El pamplonés Expósito lo recibió con tres verónicas de muy buen corte, repletas de gusto. Con la muleta, se le notó algo su falta de rodaje -llevaba un año sin vestirse de luces- pero dibujó buenos derechazos y naturales. Mató de una estocada algo trasera y tendida, y perdió el trofeo con el descabello.

Después, dejó buena imagen asimismo Alvarito, que ejecutó buenos naturales, en dos tandas cortas y ligadas, pero que estuvo por debajo del utrero, el de más clase del encierro. Pese a que mató de pinchazo, casi entera y un par de descabellos, se le concedió la única oreja de la gris tarde.

Flores no pasó de voluntarioso ante el segundo, un utrero noble al que le faltó humillar más, algo tardo y de corto recorrido.

Falcón dio la sensación de no saber y bastante hizo con salir ileso frente a otro jabonero que recibió duro castigo en varas.