Ante más de cinco mil personas, lidiaron un utrero y dos erales de la ganadería navarra Hermanas Azcona, de Olite. Reportaje fotográfico: Miguel Monreal.
Los novilleros navarros Francisco Expósito, Javier Marín y Toñete Catalán protagonizaron ayer en la plaza de Pamplona un tentadero de tres machos de la ganadería navarra Hermanas Azcona, tres ejemplares que, en conjunto y con matices, ofrecieron buen juego. El festejo, gratuito, fue organizado por la Casa de Misericordia de Pamplona, con la colaboración del ayuntamiento de esta ciudad.
Ante más de cinco mil personas, rompió la mañana el pamplonés Expósito, que tuvo una muy buena actuación ante un utrero noble, pero no sobrado de fuerza, lo que dificultó el final de cada muletazo. Pese a ello, mostró su personal estilo, ese pellizco propio que posee como torero, y ejecutó una faena repleta de temple. Al terminar su actuación, sacó en brazos al ruedo a su hijo y con él recibió una gran ovación.
Seguidamente, le tocó el turno a Javier Marín, de Cintruénigo, al que le correspondió el mejor ejemplar de la mañana. El novillero cirbonero, que próximamente toreará en la Feria de Lodosa, de la que fue triunfador el año pasado, tuvo delante buena materia prima y la aprovechó a fondo con una faena de calidad, muy variada, en la que tiró de repertorio. Toreó con limpieza y temple, y se metió en el bolsillo al público, que le tributó una cerrada ovación.
Por último, Toñete, madrileño de nacimiento pero con raíces navarras, corellanas más concretamente, demostró que está cada día más preparado para dar el paso al escalafón de novilleros con picadores. Muy firme, entendió a la perfección a su oponente y le realizó una faena por ambos pitones, buen trasteo por el que los tendidos le dedicaron otra gran ovación.