LOS DOS NOVILLEROS SE REPARTEN EN CASCANTE SIETE OREJAS Y UN RABO

El ganadero José Ángel Santafé dio la vuelta al ruedo con Gonzalo Capdevila tras la muerte del tercero.

Los erales navarros de Santafé Martón, bien presentados, ofrecieron buen juego en general y uno de ellos fue premiado con la vuelta al ruedo.

Ganado: Cuatro erales navarros de Santafé Martón, de Villafranca, bien presentados, sin excesos, y de buen juego en conjunto; el primero, blando; el segundo, de buen tranco; el tercero, humillador, premiado con la vuelta al ruedo y cuarto, noble y templado.

Novilleros: Gonzalo Capdevila (oreja y dos orejas) e Ignacio Boné (dos orejas y dos orejas y rabo).

Presidencia: A cargo de Toñín Antón, asesorado por Pablo García y la veterinaria Rosa López, estuvo festiva.

Incidencias: Media plaza. Tarde nublada. Actuó de sobresaliente David Sejas. Los dos novilleros salieron a hombros.
Entre la incertidumbre del tiempo y la celebración del día de la patrona, los cascantinos tuvieron tiempo de disfrutar de una novillada de promoción que tuvo un colofón triunfal con ambos novilleros a hombros.

La novillada de Santafé Martón tuvo un primer acto endeble, pero los tres novillos posteriores facilitaron una gran función.

Gonzalo Capdevila, novillero portuense y de gran altura, pareció estar muy placeado y apenas pudo dar fiesta en su primera actuación.

Pero con el tercer Martón apretó, recibió al novillo de salida con faroles de rodillas y así lo recibió también con la muleta pegándole varios pases cambiados.

El novillo humillaba y tenía fijeza y el del Puerto de Santa María quizá se pasó de revoluciones para congraciarse con el público. Voluntad no le faltó pero sí haberle dado más importancia al toro. Cobró dos volteretas en el camino hacia el triunfo.

Salida triunfal a hombros de los dos novilleros. Fotografía: Pascal.

El toreo más pausado corrió e la mano del oscense Ignacio Boné. Se le apreciaron buenos modos a la verónica en ambos novillos. Con el primero que le tocó en suerte, se le vio más entonado toreando al natural y con el segundo eral, al que cortaría el rabo, la mano izquierda fue también una baza fundamental en su éxito.

Tuvo mérito tanto en los naturales como la forma de abrochar las tandas. Con la espada, Boné anduvo certero toda la tarde.

Información de Pascual Lizarraga, publicada en diariodenavarra.es

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