Este acto sanferminero está teniendo un gran éxito de asistencia de chavales y se celebra con el mismo ritual que los de las ocho de la mañana.
El ritual que precede al encierro txiki es una réplica exacta del encierro de las 8 de la mañana. Los corredores, todos menores de edad y acompañados de los padres, van acercándose, periódico en mano, a la figura del Santo. La policía vigila el recorrido para que no se produzca ningún altercado y los pastores corren tras la manada para proteger a los animales y corredores. Las carreras, bastante más lentas que las de los corredores veteranos, hacen parada en la Plaza del Ayuntamiento y bajan de nuevo a los corrales de Santo Domingo.