Óscar Padilla y Curro Robles en el Hospital Miguel Servet.
El diestro de Jerez ya es consciente de las secuelas que le pueden quedar.
El torero Juan José Padilla, que el pasado viernes sufrió una grave cornada en Zaragoza, estaba ayer más desmoralizado al ser consciente de las secuelas en la cara que le van a quedar tras el incidente, pero evoluciona favorablemente y ayer por la tarde abandonó la UCI.
El diestro jerezano fue trasladado a una planta del hospital Miguel Servet, a media tarde, infoormaron fuentes sanitarias. Su evolución es favorable, pero el pronóstico continúa siendo grave por lo que todavía debe permanecer ingresado, agregaron las mismas fuentes.
El apoderado del torero, Diego Robles, señaló que «la evolución es buena» y que el diestro no tiene fiebre e ingiere ya alimentos blandos.
El hermano del torero, Óscar Padilla, indicó estaba «bastante más desmoralizado» porque, aunque «gracias a Dios su vida no corre peligro», ya «se está ya dando cuenta de las secuelas que le pueden quedar», es decir, la parálisis en la cara y en el ojo.
Padilla fue corneado en el rostro el viernes tras clavar el tercer par de banderillas al cuarto toro de la ganadería de Ana Romero en la segunda corrida de la Feria del Pilar.
Parálisis
Su hermano explicó que el torero le ha dicho que no quiere dejar de torear, pero Óscar Padilla reconoció que «la realidad es otra» porque tiene «un daño muy fuerte» y parálisis en la cara, el ojo, el párpado e incluso en la lengua. «Él lo dice porque es muy fuerte», pero la familia duda de que vaya a ser fácil que Juan José Padilla vuelva a los toros.
Reconoció que la cornada, tan grave, ha sido «un shock» para la familia, pero «gracias a Dios y al equipo médico» del hospital Miguel Servet su vida no corre peligro «y lo tienen bastante controlado». Respecto a su estado de ánimo, dijo que Padilla es «consciente» de lo que le pasa y que por eso ayer estaba «más decaído».
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX