JOSÉ TOMÁS, EL ESPERADO REGRESO DEL ÚLTIMO MITO DEL TOREO

José Tomás en México. Saludo previo al paseíllo.

José Tomás en México. Saludo previo al paseíllo.

El torero de Galapagar, que hizo el Camino de Santiago tras el verano, se está preparando a fondo para su ‘mano a mano’ con Joselito Adame.

Vuelve José Tomás a los ruedos y lo hará el próximo domingo 31 de enero a la plaza más grande del mundo, el embudo de Insurgentes en México DF, con todas sus 45.000 localidades agotadas desde el pasado mes de noviembre y con la expectación desbordada ante un acontecimiento que convierte en único a este torero misterioso, alejado de casi todos los focos y con un poder de convocatoria extraordinario en un momento plagado de crisis e incertidumbres en el mundo de los toros.

La corrida, ante astados de Fernando de la Mora y los Encinos, será un ‘mano a mano’ entre el diestro de Galapagar y el hidrocálido Joselito Adame, la principal figura del toreo mexicano. Según ha trascendido desde el hermético entorno del torero, lleva preparando la cita desde que en verano cerró con la empresa del coso capitalino su incursión en los carteles de la feria del setenta aniversario: ha realizado el camino de Santiago, ha hecho diversos tentaderos en España y desde otoño se encuentra en Aguascalientes concentrado para el evento que conmemorará sus veinte años de alternativa y su décimo paseíllo en este gigantesco escenario.

¿Pero qué hay detrás de José Tomás para explicar la fascinación que produce su toreo? El historiador cordobés Fernando González Viñas escribió un delicioso ensayo titulado ‘José Tomás. De lo espiritual en el arte’, donde indagaba en la motivación última que marca el destino del matador. Las conclusiones no eran evidentes pero sí dejaba más o menos claro que el discurso de su toreo tenía mucho que ver con una denodada, infatigable e irreverente búsqueda de su libertad individual. Es decir, el toreo como un camino de perfección, como la escuela más sobria de la vida, que diría el filósofo barcelonés Víctor Gómez Pin, pero que a la vez produce en el artista una sensación de plenitud. «Vivir sin torear no es vivir», le confesó el propio José Tomás en una entrevista a la escritora Almudena Grandes.

La gravísima cornada que recibió en Aguascalientes en 2010 le llevó al propio diestro a escribir un pequeño relato en el que explicaba las sensaciones que vivió durante la dolorosa recuperación de las lesiones que le produjo el toro ‘Navegante’: «Fue un camino largo, muy largo e intenso, muy intenso. De mucha incertidumbre que me hizo crecer como persona, que me hizo crecer como torero. Porque tuve que profundizar en las formas, y como dijo Hegel ‘en el arte la forma es el fondo’. Fue más hermoso que nunca reencontrarme con las sensaciones de siempre, coger una muleta, torear de salón, hacer un tentadero, y llegar a una plaza de toros, ponerme el traje de luces y liarme el capote de paseo para volver a pisar el terreno de la libertad. La libertad que se siente en el ruedo poniendo la vida en juego pero eso sí, a cambio de más vida todavía».

Quizás por eso, González Viñas recogió una frase esclarecedora pronunciada por el propio matador: «Yo entiendo la vida como una búsqueda de la libertad. Y en el toreo a veces la encuentro». Como recuerda el propio Viñas, Kandisky dejó escrito que «bello es lo que brota de la necesidad anímica interior» y José Tomás ofrece la sensación de que dentro de sí habita un volcán al que domeña toreando y por eso su toreo se sitúa siempre en la frontera más extrema, rayando y sobrepasando todos y cada uno de los límites emocionales hasta llegar a un lugar que ha descrito a la perfección sólo otro torero, Luis Francisco Esplá: «El valor es colocarse donde se pone José Tomás», dijo el alicantino.

Y es que José Tomás es así, sin vuelta atrás en la plaza ni fuera de ella, tal y como atestiguó nada más y nada menos que José Miguel Arroyo ‘Joselito’ en una entrevista que le hizo José Ignacio de la Serna para la revista oficial de la plaza de Las Ventas: «Lo que me reventó de verdad fue torear tantas tardes con José Tomás. Ese cabrón es el torero más valiente que he visto en toda mi vida. Se ponía allí y no había forma de quitarlo. Con el toro bueno, dentro de mi concepto, sabía que yo podía marcar una diferencia, pero es que a él le daba igual que fuera bueno o malo. Hace poco mató un toro en mi casa y se lo dije: con un pelo de un huevo tuyo, soy capaz de reaparecer ahora».

José Tomás toreó el año pasado una sola corrida y también lo hizo en México, en el coso de Aguascalientes y en similar formato, ‘mano a mano’ con Eulalio López ‘Zotoluco’. En aquella tarde se vivió un acontecimiento sorprendente que demuestra hasta el extremo donde llega la pasión por su tauromaquia: el etarra Hilario Urbizu San Román, alias ‘El Escopeta’, huido de España desde 1994, fue detenido en las inmediaciones del coso después de la corrida, donde fue detectado por la policía. Aquella corrida fue un gran triunfo para José Tomás, cortó tres orejas y convirtió el coso de San Marcos en un volcán, que sirvió para acrecentar su leyenda porque volvía al ruedo en el que estuvo a punto de morir en 2010. El toro ‘Navegante’, de José Garfias, le hirió de extrema gravedad en el muslo izquierdo y se vivieron momentos de gran dramatismo hasta que el diestro de Galapagar fue estabilizado y pudo recuperarse después de una operación a vida o muerte y tras varias transfusiones de sangre. Sus allegados explican que torea en el campo más que nunca y que su preparación es absoluta y perfecta para poder torear en las principales plazas, pero la realidad es que desde la cornada de Aguascalientes sus apariciones de luces han sido cada vez más reducidas y escuetas.

En 2014 actuó en Juriquilla (México) y apenas tres tardes en España: Granada, León y Málaga. Una lesión en un dedo del pie le impidió hacer campaña en 2013 y hasta los medios apenas llega el eco de las muchas iniciativas benéficas que realiza con la fundación que lleva su nombre. El resto de noticias ha sido una sucesión de mutismos sólo emborronada con el adiós de su apoderado desde 2007, el músico y escritor catalán Salvador Boix, un personaje poliédrico, socarrón e inteligentísimo que ejercía su función de hombre-muro con una exquisita diligencia.

Y como el mutismo en torno a su figura es absoluto, nada se sabe sobre si hará temporada en nuestro país o se limitará a las tres corridas de los últimos años. El caso es que si decide volver a los ruedos, las ciudades agraciadas recibirán una especie de lotería, ya que diversos estudios sobre la ‘huella económica’ de José Tomás destacan el tirón que produce este diestro en las economías locales. Así, la presencia de José Tomás en los ruedos durante las temporadas 2007-2010 generó, según el profesor Juan Medina (de la Universidad de Extremadura) unos movimientos económicos de 91,7 millones de euros, de los que 37,9 fueron ingresos directos en taquilla, gracias a la presencia de los 757.612 espectadores que asistieron a los 62 festejos en los que se anunció.

Las cifras dan la dimensión real del impacto económico y social del torero de Galapagar, por eso las empresas esperan hasta el último momento la decisión del torero y las plazas que elige para sus ‘micro-temporadas’. El año pasado aparecieron algunas imágenes furtivas en ‘twitter’ de José Tomás toreando en el campo antes de actuar en Aguascalientes. En esta ocasión, ni eso. Sólo se sabe que la plaza vivirá un lleno histórico, que la reventa está disparada, que están agotados todos los vuelos desde España hacia México y que los intentos de la empresa de la plaza por retransmitir la corrida han sido baldíos. La razón estriba en el compromiso del torero para sus miles de seguidores y que una vez anunciado que la corrida no se televisaría no iba a faltar a su palabra. Y es que, como explican desde la oficina de prensa del propio torero, «la palabra de José Tomás es sagrada».

Reportaje publicado en diariodenavarra.es

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