Natural de Pepín Liria al jugoso ‘Jabaleño’, de Victoriano del Río.
Este astado, de Victoriano del Río, castaño claro, de 520 kilos, fue lidiado el 12 de julio por Pepín Liria.
La sociedad gastronómica Gazteluleku volvió a elegir el jueves pasado, como cada año, el toro más jugoso de la pasada Feria de San Fermín. En esta edición, recayó tal honor en Jabaleño, un toro de Victoriano del Río, castaño claro, de 520 kilos, que fue lidiado el 12 de julio de por el diestro murciano Pepín Liria.
Este toro compitió con otros siete, de cada una de las ganaderías que lidiaron en el ciclo pamplonés; concretamente con Pitinesco, de 600 kg, de Puerto de San Lorenzo, lidiado el día 7 por Paco Ureña; Chulón, cárdeno bragado, de 530 kg., de José Escolar, lidiado el día 8 por Javier Castaño; Divertido, castaño claro, 495 kg., de Cebada Gago, lidiado el 9 de julio por Octavio Chacón; Hechizo, negro, de Fuente Ymbro, lidiado el día 10 por Sebastian Castella; Juncoso, negro, 535 kg., de Núñez del Cuvillo, lidiado el día 11 por Antonio Ferrera; Decano, castaño, 500 kg., de Jandilla, lidiado el día 13 por Juan José Padilla; y Maquillero, castaño entrepelado, de 590 kg. y de Miura, lidiado el día 14 por Rafaelillo.
El encargado de cocinar los rabos de estos ejemplares fue Gorka Txapartegi, del restaurante Alameda (una estrella Michelin), situado en Hondarribia. Su receta: rabo de toro guisado sobre crocante de semillas, frutos secos y naranja amarga.
Él mismo formó parte de un jurado compuesto por prestigiosas mujeres cocineras; concretamente, por Mari, Julia y Manoli Arza (Hartza), Resurrección Armendáriz (Rodero), Atxen Jiménez (Tubal), Mª Dolores Huerta (Beti Jai), y Felisa Goñi (Ventas de Ultzama). Fue una cata a ciegas cató a ciegas, en la que se valoró la ternura, textura, color, gusto y redondez en boca de cada ejemplar. El fallo significó un trofeo más procedente de Pamplona para Victoriano del Río, una de las ganaderías más laureadas de los últimos años en San Fermín.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX