El rejoneador estellés Pablo Hermoso de Mendoza ha culminado una campaña americana en la que no sólo cortó siete rabos en plazas mexicanas, sino que también logró los máximos trofeos en su presentación en el coliseo de Bogotá
Acaba de concluir su duodécima temporada en México, tan intensa como triunfal. Han sido 28 festejos, en los que ha cortado 63 orejas y 7 rabos. Además, ha probado nuevos caballos, que veremos torear pronto en Europa. A estas cifras hay que añadirles dos tardes más, ambas en la plaza de Bogotá, pareja de compromisos que cerró con sendos triunfos. Y lo más importante: pese al tiempo pasado -21 años desde su debut- sigue interesando cada vez más al público. Las entradas registradas donde toreó lo demuestran.
Pablo Hermoso de Mendoza concluyó el 27 de marzo su duodécima temporada mexicana, que se ha caracterizado por su tono triunfal, por haber sido más breve e intensa, como la anterior, por haber renovado otra vez su cuadra y por haber vuelto a hacer historia al haber cortado nada menos que siete rabos en veintiocho festejos.
Conquista de su “Dorado”
De todos sus triunfos, sin embargo, el más sonado fue el que consiguió no en México sino en Colombia, en su capital, en Bogotá, ciudad en la que incluso fue visitado por el presidente saliente Álvaro Uribe. En la tarde de su presentación en la plaza de toros Santamaría, el 23 de enero, se colgó el cartel de “no hay billetes”, algo que sólo había sucedido con el regreso de José Tomás. Y el caballero navarro no defraudó a la gran expectación; todo lo contrario; maravilló a las 14.500 que disfrutaron con su toreo y saldó su compromiso con cuatro orejas y un rabo, máximo trofeo que no se concedía desde 1955 y que le convertía en el primer rejoneador en conseguirlo en la historia de este coso, construido en 1931.
Una semana después, volvió a pisar este ruedo pero no tuvo la misma suerte pues la materia prima no sirvió; pese a ello, volvió a cortar una trabajada oreja y, sobre todo, volvió a agotar las entradas –boletaje le llaman allí- en una capital que ya está deseando el regreso del rejoneador el próximo año.
Suma y sigue
Regresando a México, su más importante cita, la del llamado “Embudo de Insurgentes”, la afrontó el 20 de febrero. De nuevo, consiguió que se agotasen las entradas numeradas del mayor coso del mundo; cerca de 40.000 personas se dieron cita para presenciar el rejoneo del estellés. Y éste ofreció dos magistrales lecciones de toreo a caballo. La pena fue que no las remató con el rejón letal, lo que le alejó de los trofeos.
Y siguiendo con los triunfos, las tardes más triunfales las rubricó en Oaxaca, Tecolotlán –cuatro orejas y un rabo en ambas plazas- y, sobre todo, en Cuernavaca, donde paseó todos los trofeos posibles, cuatro orejas y dos rabos.
Pero no fueron los únicos. De hecho, 21 de sus 28 actuaciones las saldó con salida por la puerta grade. Es más, sin contar los siete rabos paseados, a 27 de los 56 toros que lidió les cortó las dos orejas, y a otros nueve, un trofeo.
Sin embargo, quizá lo más importante fue que, pese a la crisis, que también la padece México, el maestro navarro logró que, prácticamente, se llenasen veinte de las veintiocho plazas en las que toreó. Además de las dos citadas veces en Bogotá, fue el caso de Apizaco, Boca del Río, Campeche, Cancún, Cuernavaca, Durango, Guadalajara, Juriquilla, León, México D.F., Monterrey, Morelia, Motul, Pachuca, Papantla, Saltillo, San Pedro Xalostoc, Toluca, Torreón y Villahermosa. En las ocho restantes, las entradas rondaron los tres cuartos de plaza.
Cabalgando al futuro
La ausencia de percances le permitió utilizar un total de dieciséis caballos, de los cuales cinco fueron debutantes, algunas de los cuales le acompañarán en su temporada europea. Concretamente, presentó a Manolete, tordo rodado hijo de Cagancho, a Sármata, otro tordo rodado hijo del célebre caballo del mismo nombre, al castaño Cezane, hijo de Gallo III, al tordo Turronero, hijo de Gallo, y al azteca Tecate.
Además de estas nuevas monturas, utilizó a Saramago, Silveti, Tiziano, Pirata, Ícaro, Chenel, Pata Negra, Machado, Caviar, Baroja y Curro. Nombres que, en conjunto, forman la mejor cuadra del rejoneo actual.
Un único contratiempo
Tras su paso por Colombia y México, Hermoso de Mendoza quiso hacer una incursión en Estados Unidos, iniciativa que no se pudo llevar a cabo por absurdos trámites burocráticos de ese país. Se trataba de una gira con actuaciones incruentas por seis ciudades: Fresno, Ontario y San Diego, todas ellas en el estado de California, y Chicago, Las Vegas y Nueva York.
No pudo ser. Los caballos del navarro ya habían pasado los correspondientes controles médicos y estaban a la espera de ingresar en EEUU vía terrestre en los primeros días de abril. Pero el Departamento de Agricultura de Estados Unidos no permitió que pasasen la frontera los toros destinados a la lidia, procedentes de las más prestigiosas vacadas mexicanas, pese a que habían pasado la cuarentena obligatoria.
Adujo que la única manera de que entrasen en Estados Unidos era la de extirpar los órganos genitales (capar) y esperar a que pasasen 15 días para su restablecimiento y cicatrización, lo que pone de manifiesto verdadera ignorancia en materia del toro bravo.
Al final, Hermoso de Mendoza se quedó sin una gira que le había obligado a acortar su temporada mexicana y renunciar a importantes ferias, como la de Aguascalientes. Fue un contratiempo que le obligó a regresar a Navarra antes de lo previsto. Desde un ángulo positivo, dispuso así de más tiempo para preparar su temporada europea, que volverá a ser otra lección de maestría. Que nadie lo dude.
Su campaña mexicana en cifras.
Número total de actuaciones: 28.
Puertas grandes logradas: 21.
Festejos sin trofeos: 6.
Toros lidiados: 56.
Toros desorejados: 27.
Toros de una oreja: 09.
Toros sin trofeos: 20.
Orejas cortadas: 63.
Rabos logrados: 7.
Caballos usados: 16.
Caballos debutantes: 5.