Un momento de la actuación del caballero navarro sobre Garibaldi. Fotografía: pablohermoso.net
En un coso que se llenó en tres cuartos de su aforo, volvió a dejar su sello de calidad diez años después
Diez años se cumplían sin que Pablo Hermoso de Mendoza actuara en la Feria de Moita de Ribatejo y volvió para triunfa y dejar el sello de poso y calidad que está distinguiendo a todas sus actuaciones en estas últimas fechas.
Triunfó a pesar que su regreso, en su primera parte, no pudo ser más complicado, porque el toro que le tocó en suerte fue un autentico marrajo al que no le cabía en la cabeza ni una sola idea mala más.
Pese a ello, superó los problemas con Garibaldi de salida y Manolete en banderillas y dio una vuelta al ruedo.
La corrida de Passanha no transmitió emoción, la gente y los toreros se desesperaban hasta que salió el quinto de la tarde que tuvo la suficiente movilidad para que Chenel, Mendoza e Ícaro, pudieran componer una sinfonía. Chenel e Ícaro actuaron con gran templanza y éste último remató la faena atacando, descarándose y acortando distancias, sintiendo los pitones del toro casi en su propia frente. Con torería y señorío Pablo Hermoso de Mendoza dio dos vueltas al ruedo.
Por su parte, Joao Salgueiro realizó una lidia muy clásica y muy torera al primero, acertando en las distancias y atacando en los momentos precisos. Toreó despacio, entrando de frente y rematando al toro por debajo. El segundo de su lote fue un animal inválido que no le dio opciones.
Finalmente, Manuel Lupi, estuvo muy dispuesto, pero no tuvo suerte con su lote, manso y parado, lo cual dificultó la faena. El joven Lupi fue superando las dificultades gracias a las excelentes cualidades de los caballos de su cuadra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX