El caballero navarro realizó una notable faena ante el sexto y útlimo, en la que brilló especialmente a lomos de ‘Disparate’.
Ganado: Seis toros de Las Ventas del Espíritu Santo, bien presentados, manejables en conjunto y de juego dispar.
Toreros: Manuel Libardo (silencio y pitos), Miguel Ángel Perera (saludos desde el tercio y silencio) y Pablo Hermoso de Mendoza (silencio y oreja).
Lugar y fecha: Plaza Santamaría de Bogotá (Colombia). 29 de enero, sábado.
Incidencias: Tres cuartos de plaza.
El festejo comenzó con unas fuertes medidas de seguridad, lo que evitó altercados pero retrasó la llegada del público a la plaza, un público que sigue conservando el fervor y la ilusión por ver a Pablo Hermoso de Mendoza.
Y si bien la faena a su primero tuvo momentos vibrantes y en los que el navarro conectó con el público, a la actuación del rejoneador de Estella le faltaron elementos de su repertorio tan variado y diverso. El toro de Las Ventas del Espíritu Santo además se paró, lo que dificultó a la hora del rejón de muerte. Falló en la suerte suprema, siendo silenciada su labor.
Antes de la salida del sexto toro de la tarde, Hermoso de Mendoza brindó su faena a la policía en agradecimiento a los controles llevados a cabo en los prolegómenos de la tarde. El gesto del navarro fue muy ovacionado por el respetable.
Su faena tuvo dos partes bien diferenciadas. Una primera a toro parado, donde se mostró perfecto a la hora de clavar, y una segunda con más vistosidad, lucimiento y disposición en los embroques. El navarro toreó con temple, brillando a lomos de Disparate. Pese a fallar en el primer intento con el rejón de muerte, acertó a la segunda con un rejonazo efectivo antes de que el palco le concediera una oreja.