
El joven caballero navarro pasea en triunfo el rabo logrado en su presentación en Cuenca.
Ha salido a hombros junto al alicantino Andy Cartagena, que ha saldado su actuación con cuarto orejas. Fotografías: Julio Palencia.
Ganado: Seis toros de Benítez Cubero, el tercero con el hierro de Pallarés, correctos de presentación, reglamentariamente despuntados y buen juego en líneas generales.
Rejoneadores: Andy Cartagena (cuatro orejas), Sergio Galán (saludos y oreja) y Guillermo Hermoso de Mendoza (oreja con fuerte petición de la segunda y rabo).
Lugar y fecha: Plaza de toros de Cuenca. 25 de agosto.
Incidencias: Tres cuartos de plaza. Cartagena y el caballero navarro han salido a hombros.
Guillermo Hermoso de Mendoza no ha podido debutar de mejor manera en Cuenca. Ha cortado tres orejas y un rabo, y, sobre todo, ha mostrado la dimensión de su toreo a caballo. Un triunfo rotundo que ha compartido con Andy Cartagena.
Ésta es la crónica publicada en Aplausos.es: “Guillermo Hermoso de Mendoza debutó con nota en Cuenca. Tuvo enfrente un animal noble, pero de poca fuerza al que toreó con temple y ritmo. Destacó el par a dos manos de cierre y el rejonazo, certero. Se le pidió con fuerza el doble trofeo.
Le cortó el rabo al sexto, después de una faena que mantuvo la intensidad de principio a fin. El desparpajo con el que interpreta las suertes y la influencia paterna estuvieron presentes en una lidia magistral, que sirvió de broche a una tarde de gran toreo a caballo.
Andy Cartagena le cortó las dos orejas al primero, toro con el que llevó a cabo una labor de extraordinaria comunión con el tendido. Hubo toreo y espectáculo -puso el caballo de manos y se adornó con el teléfono- antes de un rejonazo que tiró al animal sin puntilla.
En el cuarto, Andy Cartagena completó una tarde portentosa, de gran comunión con el tendido. Su estilo alegre y su tauromaquia vistosa llegaron mucho al público, que enloqueció cuando Luminoso se puso a dos manos para coronar su actuación. Otras dos orejas.
El rejón de muerte privó a Sergio Galán de cortar orejas en el segundo, un buen toro que siguió a las cabalgaduras y con el que Ojeda y Titán brillaron a gran altura. Recibió una gran ovación el rejoneador de Tarancón. Cortó una del quinto después de una faena de mucha entidad por la reunión y la pureza de los embroques y el temple de su toreo de costado. El presidente, a pesar de la petición, sólo otorgó una oreja por caer trasero el rejón de muerte.