El caballero estellés le cortó una oreja a cada uno de su lote, de El Canario, y salió a hombros en solitario. Fotografías: pablohermoso.net
Ganado: Seis toros de El Canario, complicados en líneas generales por su mucho motor y poca templanza.
Rejoneadores: Leonardo Hernández (silencio tras aviso y silencio), Lea Vicens (silencio y oreja) y Guillermo Hermoso de Mendoza (oreja en ambos).
Lugar y fecha: Plaza de toros Cuatro Caminos de Santander (Cantabria). 28 de julio de 2023.
Incidencias: Casi lleno. Tarde calurosa. Última de feria. El caballero navarro salió a hombros en solitario.
Guillermo Hermoso de Mendoza abrió la última Puerta Grande de Santander en una tarde marcada por el manso juego de la corrida de El Canario. El rejoneador navarro tapó con oficio, sin perder el toreo clásico, la condición de sus oponentes para pasear una oreja de cada toro. Importante Lea Vicens, a la que el presidente le niega sin mucha razón la Puerta Grande. El público vibró con las dos faenas de la rejoneadora gala. Disposición de Leonardo con un lote que no le dio ninguna opción.
Guillermo Hermoso de Mendoza intentó dar celo y continuidad al noble tercero, al que destacó en los terrenos de cercanías con un rejoneo clásico. Faena de menos a más, que terminó con un par a dos manos de banderillas cortas. Falló en un primer intento, antes de dejar un rejón de muerte en buen sitio. Oreja.
El sexto mantuvo la tónica de mansedumbre de la corrida y todo lo tuvo que suplir con oficio Guillermo Hermoso de Mendoza que no renunció nunca a su concepto clásico. El público volvió a vibrar con el par de banderillas cortas a dos manos. Oreja.
El quinto, bajo de hechuras, con cuello, tuvo buena embestida, aunque siempre marcando los terrenos de las tablas. Buena faena de Lea Vicens que conectó desde el principio con la afición de Santander. Todo tuvo temple y raza a partes iguales. Pinchazo hondo. El público pidió con fuerza las dos orejas, pero el presidente solo concedió una. Oreja y dos vueltas al ruedo
El segundo fue un gran toro, por su prontitud, su galope y su fondo. Lea Vicens cuajó una obra que siempre contó con la aprobación del público, destacando en los galopes a dos pistas paralelos a las tablas. En varias banderillas dando distancia al toro. Acabó su actuación con tres rosas. Un pinchazo impidió que paseara algún trofeo. La petición, aunque sonora, no llegó a ser mayoritaria. Silencio.
Mucho mérito tuvo la faena de Leonardo al primero, un toro de El Canario hondo que resultó complejo por su mansedumbre. Había que llegarle mucho a la cara a un astado sin ritmo. Lo consiguió Leonardo en expuestas banderillas. No lo puso fácil a la hora del rejón de muerte, ya muy venido a menos. Medio rejón. Varios golpes de verduguillo. Silencio.
El cuarto fue un manso de libro que no dio ninguna opción a Leonardo. Resultó tarea imposible sacarlo más allá de las tablas, pues, además, hacía caso omiso a las cabalgaduras, mirando al tendido. Disposición y esfuerzo de Leonardo, muy correcto en las formas, para buscar siempre sacarlo de la querencia. Hizo todo cuanto pudo. Silencio.