FALLECE EL DIESTRO PALMEÑO, QUE SUMÓ TRES TARDES EN NAVARRA

Uno de los triunfos de Palmeño en la temporada de 1962.

Uno de los triunfos de Palmeño en la temporada de 1962.

En 1963, toreó en Pamplona y en Tudela, y en ambas plazas gustó y cortó una oreja.

El matador de toros Manuel García ‘Palmeño’ falleció ayer, domingo, en la localidad de Écija (Sevilla). El diestro contaba con 82 años de edad y el sepelio tuvo lugar a las 16 horas de la tarde del mismo domingo en la Iglesia de Santa María de la citada localidad astigitana. Descanse en paz.

Manuel Fuillerat ‘Palmeño’, hijo del también matador de toros Julio Fuillerat ‘Palmeño’, había nacido en el pueblo cordobés de Palma del Río el 24 de diciembre de 1938. Palmeño tomó la alternativa en la Maestranza sevillana el 14 de octubre de 1962 de manos de Paquito Muñoz, con Emilio Oliva como testigo de la ceremonia. La tomó con el toro Cebro, de la ganadería de Manuel Camacho.

Tres tardes y dos orejas en Navarra

Se presentó en Pamplona –y en Navarra- el 9 de julio de 1963. Se enfrentó a un encierro de Fermín Bohórquez, con mucho nervio y sentido. Pese a ello, mostró ansia de triunfo. Ante su primero, realizó una emocionante faena y, tras matarlo, dio la vuelta al ruedo. Frente al complicado sexto, hizo todo lo pudo y tiró abreviar; el público guardó silencio.

Al día siguiente, se lidiaron seis toros de Herederos de María Montalvo, que trajo para su debut un lote parejo en romana, con cuajo y bien armado, una verdadera corrida de toros; tres fueron bravos y los demás, difíciles; tomaron catorce varas, largas muchas de ellas. Tuvo el gesto de pedir a la presidencia la continuidad de la corrida pese a la lluvia, una borrasca impresionante que dejó el ruedo como una piscina. Antes, frente a su primero, áspero y difícil, dio una lección de pundonor, pero lo mató de dos pinchazos, una estocada y seis descabellos. Al sexto, el de la lluvia, poderoso y vivo, le realizó una faena extraordinaria, con todo tipo de pases y adornos; lo despachó de cuatro pinchazos y media estocada y se le premió con una merecida oreja, su primer y último trofeo en la capital navarra.

Quince días después, alternó en Tudela con Paco Camino, que fue abroncado, y con Manuel Benítez ‘El Cordobés’, que consiguió las dos orejas del primero de su lote. Se lidiaron seis toros de Marqués de Domecq, que resultaron más novillos que toros; pese a ello, la corrida salió superior, con casta, bravura y pocas dificultades de lidia, exceptuando el quinto que movía la cabeza al embestir. Según la prensa local, fue “una novillada preciosa, para fenómenos de la torería”. Los cuatro primeros fueron aplaudidos en el arrastre y al tercero se le dio la vuelta al ruedo.

Ante su primer toro, según la misma fuente, “realizó la faena más completa y más bonita que se vio. ¡Qué bien toreó! Y la verdad es que no se puede torear mejor. Lástima que el estoque le echase a perder la faena”. El trasteo tuvo gran calidad torera. Entró bien a matar y pinchó sin soltar el estoque. Manoletinas para olvidar y otro pinchazo. Otro más y una estocada tan atravesada que salía un palmo de estoque a la intemperie. Descabelló a la primera y cortó una oreja. La faena se lo mereció.

Su segundo, el quinto, fue el peor del lote. Manseaba y cabeceaba. Con la capa se limitó a sujetarlo y con la muleta lo trasteó por bajo e intentó, sin conseguirlo, torearlo por los dos lados. Valiente y voluntarioso, después de dos desarmes, le sacó unos pases por alto aceptables. Media estocada y descabello a la primera. Aplausos y saludo desde los medios. “Gustó, como gustó en Pamplona. Si acierta con la espada arma una escandalera y sale en hombros”, se pudo leer en ‘Diario de Navarra’.

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