Ayudado de Nabil al que abrió plaza.
Interesante encierro de Los Maños, con un eral, el segundo, premiado con la vuelta al ruedo. Galería fotográfica.
Ganado: Cuatro erales y un añojo, quinto, de Los Maños, bien presentados y de interesante juego; primero y cuarto fueron ovacionados en el arrastre; el segundo, premiado con la vuelta al ruedo.
Novilleros: Nabil ‘El Moro’ (saludos tras dos avisos y saludos tras aviso), Fabio Jiménez (dos orejas y saludos tras un aviso) y el becerrista Alberto Donaire (saludos).
Lugar y fecha: Plaza de toros de San Adrián (Navarra). 29 de agosto de 2021.
Incidencias: Tarde agradable. Setecientas personas. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Félix Valerio Ordóñez, fundador de la Asociación Taurina Nuestra Señora de Legarda de Mendavia. Destacó en la lidia y con los rehiletes el banderillero Manu Rodríguez. El riojano Jiménez salió a hombros.
Se repitió la historia, pero esta vez con un gran ambiente taurino en los tendidos. Nabil derrochó voluntad pero volvió a irse de vacío por fallar con los aceros y contempló la salida a hombros del riojano Fabio Jiménez. Si a esto unimos una buena novillada de Los Maños, el resultado no es otro que un festejo tan interesante como entretenido.
El novillero pamplonés se encontró en primer lugar con un eral de poco recorrido y agarrado al piso. Le costó superar estas complicaciones. Cimentó la faena en el pitón izquierdo y se pudieron apreciar buenos naturales y, sobre todo, pases de pecho con los que remató las series. Mató de media estocada, pero le costó descabellar, lo que dio tiempo a que sonaran dos avisos. Recibió una ovación y correspondió a ella saludando desde el tercio.
El tercero atesoró nobleza y resultó manejable, cualidades para estar a gusto en la cara. Sin embargo, el navarro no terminó de acoplarse a la embestida, por no someterlo por abajo. Terminó con dos estocadas, traseras y tendidas, y volvió a saludar desde el tercio.
Fabio Jiménez, por su parte, se encontró en primer lugar con un novillo de magnífica embestida y supo aprovecharla. Lo toreó muy bien, con quietud y temple, por ambos pitones en varias series, entre las que destacó una de naturales. Mató de una estocada, algo defectuosa, y cobró las dos orejas del bravo eral, premiado con la vuelta al ruedo con toda justicia.
Frente al cuarto, estuvo muy vistoso de salida con el capote. En la muleta se encontró con un novillo noble pero que no terminó de entregarse. Realizó una faena aseada y, tras dos estocadas, trasera la segunda, saludó desde el tercio.
Cerró el festejo el becerrista Alberto Donaire que lidió un añojo, ante el que se lució de capa y con las banderillas. En el último tercio, toreó mejor por el pitón derecho, dándole distancia. Sus buenas maneras se vieron frenadas, lógicamente, con la espada. El público reconoció su esfuerzo y le tributó una ovación.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX