La vaca ‘Culebra’, de Íñiguez, cayó sobre un burladero desde cinco metros de altura, después pegó en el suelo, se levantó y continuó como si nada hubiera pasado. Fotografía: Blanca Aldanondo para Diario de Navarra.
En el de ayer, una de las vacas trepó por el monte hasta que cayó desde unos cinco metros, como se aprecia en la imagen.
Las fiestas de Arguedas tienen el encierro del Estrecho como uno de sus atractivos principales y ayer se volvió a demostrar con la presencia de numeroso público que no quería perderse el acto. Y hubo ración doble, ambas con reses de la ganadería arguedana de Alfredo Íñiguez Delmas. Reportaje de E. Moracho y B. Goitiandía para Diario de Navarra.
El primer encierro, a las 8 de la mañana, se desarrolló sin sobresaltos, pero por la tarde todo cambió y se vivieron momentos llenos de riesgo y emoción.
Las vacas salieron como siempre desde la cuesta del Estrecho, que conecta el casco urbano con la ermita del Yugo. Tras minutos sin sobresaltos, todos los asistentes creyeron que iban a contemplar de nuevo un encierro sin grandes emociones, pero una de las reses ya avisó de lo que vendría después cuando embistió a un mozo que saltó al otro lado del vallado.
Pero todavía quedaba más. Una de las vaquillas, de nombre Culebra, se descolgó del grupo y decidió iniciar su particular escalada por el monte San Cristóbal.
La vaca, algo desorientada, siguió subiendo, pero no pudo mantener el equilibrio en el escarpado terreno y acabó desplomándose desde unos cinco metros de altura. Primero se golpeó con un burladero del que salieron como pudieron las tres personas que se encontraban en su interior, y luego acabó cayendo al suelo, aunque se levantó como si nada hubiera pasado.
La escena volvió a repetirse con otra res, que, seguramente tras ver lo que le pasó a su ‘hermana’, optó por volver por el mismo camino hasta el recorrido. Con el susto en el cuerpo, pastores y corredores terminaron el encierro llevando a otras dos vacas descolgadas hasta los corrales y poniendo el punto y final al acto.
El ganadero, Alfredo Íñiguez, señaló que habrá que esperar a ver cómo evoluciona la vaca Culebra. “El golpe ha sido fuerte, desde unos 5 metros, y ha caído mal. Veremos cómo está”, dijo.
Este encierro volverá a repetirse hasta el viernes a las 18 horas; y sábado y domingo a las 8 de la mañana y a las 6 de la tarde.
La opinión de los asistentes
El Estrecho es uno de los encierros más curiosos de Navarra y cada año atrae a más público. “Busqué por Internet el encierro del Estrecho de Arguedas, vi que era muy importante y venía mucha gente, y nos hemos acercado hasta aquí”, dijo el valenciano Arturo Tur.
Muchos de los asistentes acuden al encierro por su peculiaridad y por el riesgo que causa en muchas ocasiones. “Es de los mejores de Navarra junto con el de Falces, que también es peligroso y tiene mucha emoción”, comentó Jesús Lumbreras, de Valtierra.
De la misma opinión era la arguedana Berbixe Martón. “Bajan por el monte y tiene más peligro y emoción que encierros de otros pueblos”, explicó. Por su parte Tere Pascual, de Caparroso, afirmó buscar el mejor sitio. “Desde donde me pongo las veo bajar desde el monte y es muy bonito”.
Cristina Alegre, de Arguedas, explicó los cambios en los últimos años. “Ahora hay mucha más seguridad porque cambiaron los maderos y reforzaron algunos puntos. La emoción no es la de antes, pero sigue siendo bonito”, dijo.
Lo que tampoco faltó antes del encierro fue la actuación de la Ronda Jotera, que cantó al patrón, San Esteban, una pieza titulada Para encender la alegría. Dos de ellos portaban también una pequeña imagen del santo.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX