Un toro ensogado en las fiestas de Las Angustias. Fotografía: Vaquero.
Cruz Roja, que atendió erosiones por caídas y golpes sin importancia, cierra hoy su dispositivo con el último festejo
El toro con soga volvió ayer a las calles de Lodosa. Después de las seis salidas que tuvieron lugar durante las fiestas en honor a la Virgen de las Angustias, este festejo taurino se repitió ayer a partir de las seis de la tarde. El espectáculo comenzó, como siempre, enfrente de la iglesia.
Allí, el toro Rompelindes, de la ganadería David y Ángel Vilariño (Cádiz), comenzó su recorrido. Con 460 kilos, el astado con menos peso de todo el cartel, bajó por la calle Ancha hasta el término del Poyo para merodear por el barrio de las casas baratas. Alcanzó el cuartel de la Guardia Civil y volvió al mismo punto residencial para salir a la Avenida Navarra, donde el camión lo recogió después de casi cuarenta minutos.
El animal dio juego y puso en apuros a más de un mozo con sus fuertes arrancadas, aunque sin consecuencias graves. Cruz Roja realizó cinco atenciones. Todas, contusiones por caídas. Dos de los heridos leves fueron trasladados al centro de salud con inflamaciones sin importancia en la rodilla y en el hombro.
La salida del toro atrajo a numeroso público. Hoy está previsto un nuevo espectáculo, el último, a la misma hora de ayer: las seis de la tarde. Si todo transcurre con normalidad, se cerraría un ciclo que no deja heridos de gravedad. La atención más destacada de Cruz Roja fue un varetazo, sin consecuencias, que sufrió un joven riojano el sábado de fiestas de la Virgen de las Angustias. Por lo demás, sólo se han atendido erosiones por caídas y golpes.
Información de Juan Antonio Vaquero, para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX