EL TAURINO DE PAMPLONA CELEBRÓ EN ESCOLAPIOS SU ASAMBLEA ANUAL

Los socios asistentes guardaron las debidas medidas contra el Covid-19.

Los socios asistentes guardaron las debidas medidas contra el Covid-19.

Con la asistencia de medio centenar de socios, transcurrió, bajo las medidas por la pandemia, con total normalidad.

La Asamblea Anual del Club Taurino de Pamplona se celebró el pasado domingo en el salón de actos de Escolapios, dado que, por la situación sanitaria actual, no podía llevarse a cabo en su local. Asistieron 49 socios y a cada uno se le entregó a la entrada una separata en papel con el detalle de los movimientos económicos del año 2020, desglosado en ingresos y gastos.

En primer lugar, el secretario de la entidad, Fernando de Benito, procedió a la lectura del acta de la asamblea de 2020, que fue aprobada, y de las actividades realizadas en el ejercicio anterior, escasas por la pandemia. Seguidamente, el tesorero de la entidad, Mikel Coronado, detalló las cuentas, que volvieron a arrojar un superávit. No se presentaron voluntarios para ejercer de censor de cuentas, por lo que se mantienen en esta función Carlos Sola y José Miguel Díez.

De izda. a dcha., Fernando de Benito, José María Sevilla y Mikel Coronado.

De izda. a dcha., Fernando de Benito, José María Sevilla y Mikel Coronado.

A continuación, el presidente del club, José María Sevilla García, procedió a exponer con detalle los antecedentes con los arrendatarios del local y la situación actual del mismo. Desde la premisa de considerar como criterio prioritario la apertura y normal funcionamiento del local, el presidente solicitó a la asamblea la potestad para proceder a una negociación inmediata con los arrendatarios para tomar la mejor decisión para los intereses del club. Tras numerosas intervenciones por parte de algunos socios, en las que se aclararon diferentes aspectos de la cuestión, la propuesta del presidente del club fue aprobada por la asamblea sin ningún voto en contra.

Por último, los miembros de la Junta Directiva expresaron la voluntad de organizar las actividades habituales, en cuanto la situación sanitaria lo permita. La asamblea concluyó sin el tradicional aperitivo de hermandad, víctima también del maldito virus. Otro año será.

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