Las reses de Hermanos Ganuza, de la localidad navarra de Artajona, completaron el recorrido en 1 minuto y 17 segundos.
El tradicional encierro del Pilón de la localidad navarra de Falces, el primero de este año, ha transcurrido lento y limpio y no se ha registrado ningún incidente de consideración. Tan sólo dos mozos recibieron asistencia médica para realizar curas leves por parte de los voluntarios de la DYA que atendían las emergencias del evento.
La carrera ha tenido una duración de un minuto y 17 segundos y ha estado protagonizada por las reses de la ganadería Hermanos Ganuza, de Artajona.
Como todos los años, mucha gente se ha congregado en los aledaños del recorrido para presenciar el encierro, con lo que la masificación se ha producido fuera del recorrido, dejando espacios en el tramo por donde han discurrido las reses.
Numeroso público, formado por oriundos y foráneos, se ha dado cita en esta localidad navarra para presenciar, muchos de ellos entre rocas y arbustos, el desarrollo de una carrera en la que las vacas bajan del monte hasta el pueblo por un estrecho y escarpado camino.
Durante unos 800 metros, los corredores intentan no ser alcanzados por las astas de las vacas en una estrecha senda, cuesta abajo, flanqueada por un muro de la montaña a un lado y un barranco a otro, lo que aumenta la vistosidad y el peligro de este festejo.
El encierro del Pilón de Falces data de 1752, según los documentos más antiguos del archivo municipal, que especifican que «desde tiempos inmemoriales se ha proporcionado a los vecinos el espectáculo de correr reses bravas».
En la Orden Foral por la que el Gobierno declaró el acto Fiesta de Interés Turístico de Navarra se subraya que esta antigüedad centenaria ligada a la cultura popular y su espectacularidad han logrado un reconocimiento popular, con entidad propia y gran poder de convocatoria, sobrepasando lo meramente festivo para alcanzar la consideración cultural.