EL NOVILLERO PAMPLONÉS FRANCISCO EXPÓSITO PIDE PASO EN LODOSA

Derechazo largo de Expósito a la segunda erala del tentadero.

Derechazo largo de Expósito a la segunda erala del tentadero.

Tentó tres difíciles y exigentes vacas de El Tolco, hierro de José Antonio Baigorri.

Mientras Pamplona permanecía invisible por la niebla, Lodosa disfrutaba el domingo pasado de una mañana primaveral, calentada por un apacible sol, condición climática que aprovechó el ganadero José Antonio Baigorri para llevar a cabo la tienta de tres vacas, marcadas con el hierro de El Tolco, el que utiliza para el ganado destinado a las calles, a los festejos populares. El encargado de tentarlas fue el novillero pamplonés Francisco Expósito, que no contó con la ayuda de subalterno alguno, sólo con la del mayoral, Francisco Hidalgo “Francisquito”.

Las tres eralas cumplieron en el caballo; aceptaron varias varas y se emplearon en el peto, sobre todo la primera y la tercera, que, como esperaba el ganadero, resultaron complicadas en la muleta. Sin embargo, la segunda tuvo importancia; tuvo fijeza y codicia; resultó exigente por encastada, por no tener ni un pelo de tonta. Ante ella, Expósito disfrutó toreando por ambos pitones, con más peso por naturales, muletazos, finos, con ese pellizco propio del pamplonés. Fue un trasteo largo en el que la mano de obra se impuso a la materia prima, que terminó entregada en el engaño del novillero.

A la primera, sin clase, pegajosa y complicada, Expósito le realizó una faena de castigo, la única que admitía la vaca. Y frente a la tercera, muy difícil, imposible para el lucimiento, bastante hizo con aguantar sus arrancadas, pues la vaca no quería otra cosa que sorprender para hacer presa.

El ganadero lodosano quedó satisfecho con la tienta, ya que los animales de El Tolco, van destinados a las calles y, por tanto, busca que tengan un comportamiento muy diferente, opuesto, a los que lidia en las plazas de toros.

La jornada campera en la finca lodosana el Ontanal había comenzado el sábado con un herradero. Uno tras otro, fueron marcados a fuego 46 ejemplares -39 machos y 7 hembras, con los dos hierros que posee José Antonio Baigorri: el de Ganadería de Pincha, de procedencia domecq, destinados a animales para ser lidiados en plazas de toros, y de El Tolco, encaste Puerto de San Lorenzo, para las reses destinadas a las calles, a los festejos populares.

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