Zotoluco salió a hombros en Pamplona el 14 de julio de 2001.
El veterano diestro conquistó en 2001 los tendidos de la plaza de Pamplona, los de sol y los de sombra.
Eulalio López “Zotoluco” ha anunciado esta semana su retirada de los ruedos. El torero de Azcapotzalco dirá adiós a la profesión el mes de febrero del próximo año 2017 en la plaza México, plaza donde cuenta con un envidiable bagaje de 72 corridas toreadas, 52 orejas, un rabo, un indulto y 19 salidas en hombros.
Alrededor de 60 corridas de toros compondrán la temporada del adiós del torero mexicano más importante de las últimas décadas, que sostuvo el cetro en su país y se batió el cobre con las más duras divisas en España, donde consiguió triunfar entre otras, en las plazas de Las Ventas, Pamplona o Valencia.
El acto tuvo lugar en un céntrico hotel de la capital mexicana, fue presentado por el periodista Heriberto Murrieta, y en el mismo Zotoluco estuvo acompañado de su apoderado, el también matador de toros Alejandro Silveti.
Triunfador en San Fermín
Zotoluco debutó en Pamplona con la corrida de toros de Miura en 2000. Era la primera vez que se enfrentaba a ejemplares de Zahariche, y se le notó. Desaprovechó al que abrió plaza, aplaudido en el arrastre.
Al año siguiente, cambió su suerte. Tuvo que despachar cuatro miureños por la espeluznante cornada en el cuello que sufrió Padilla. Quería relanzar su temporada española y lo consiguió. Cortó una oreja al primero y otra al cuarto, y puso la plaza al rojo vivo. Las peñas no dejaron de corear ese “¡Zoooo-toluco!”. El mexicano conquistó la plaza, la feria de Pamplona. Y, más o menos, un mes más tarde, le cortó las dos orejas en Tafalla a un toro de Marqués de Albaserrada y fue proclamado triunfador del ciclo.
Por la salida a hombros en la capital navarra, en 2002 fue contratado para dos tardes. Pero decepcionó. En la primera, triunfó en tono menor; cortó una oreja a un toro de Jandilla. En la segunda, tres días después, el día 14, frente a los miuras, fue una caricatura de sí mismo. Estuvo por debajo, como desconfiado, de su lote. Silencio en ambos. Tras esa última tarde, jamás regresó a la Feria de San Fermín.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX