
Los matadores de toros, justo antes de hacer el paseíllo en la plaza de Huambos.
En un accidentado festejo, los toros rompieron las puertas de los corrales y el espada navarro tuvo que torear de noche.
No le acompañó la suerte al diestro navarro Javier Antón en su segunda cita en la plaza peruana de Huambos, el martes pasado. Según aseguró el propio espada, los toros rompieron las puertas de los corrales y no pudieron enchiquerarse, por lo que los sacaron conforme iban saliendo, sin el orden de lidia. El que le correspondía al joven de Murchante salió en último lugar. Entre este percance y lo que les costaba a los toros salir de los corrales, cuando llegó la hora de Antón, ya era de noche.
En tales condiciones, el matador de toros navarro realizó una buena faena, tuvo una buena actuación pero pinchó dos veces y el puntillero lo levantó, y ya para entonces la gente no podía ver nada.

Aunque es difícil de apreciar, Javier Antón se encuentra en el centro del ruedo.
Respecto al resto del festejo, las actuaciones de Víctor Hugo Garavito y Ángel Ramos se saldaron también con el silencio del público. Sólo Gregorio Torres ‘Maravilla’ logró cortar una oreja. Los cuatro toros de La Viña, ofrecieron buen juego y, en una plaza llena, el peor enemigo volvió a ser el viento que, por momentos, hizo imposible ponerse delante del toro.