Los cinco utreros de Macua completaron el recorrido en poco más de un minuto y no ofrecieron muestra.
Dos mozos fueron atendidos por los servicios asistenciales de la DYA por heridas leves como rasponazos y abrasiones debido a golpes y caídas tras el encierro matutino de ayer, sexto y último de las fiestas de Sangüesa. Lo protagonizaron cinco utreros de la ganadería de Macua, que completaron los 500 metros del encierro en poco más de un minuto y sin dar muestras de peligro.
“Han ido muy tranquilos, y los toros todo el rato por delante de los cabestros, lo que ha permitido que se den bonitas carreras. No ha habido además momentos de peligro, salvo con un toro que ha lanzado algún derrote”, destacó el portavoz de los pastores Juan Carlos Oiza. Aseguró que se vieron “algunos corredores más” que el día anterior, y también hubo más espectadores, algunos disfrazados tras la fiesta de la noche.