Diego Hermosilla está muy ilusionado con esta nueva temporada
El novillero de Tudela, de 28 años, afronta su quinta temporada con picadores, una campaña en la que debe dar un gran paso hacia el doctorado
-¿Ha aprovechado bien el invierno?
– Mucho. He intervenido en unos veinte tentaderos y todavía me quedan más. La mayoría de ellos se han llevado a cabo en tierras salmantinas, en el campo charro, donde mis apoderados tienen más fuerza. La preparación de un torero es muy importante y hay que buscarla en el campo, para luego encontrarte bien físicamente en la plaza.
-Se ha referido a sus apoderados, ¿cómo marcha la relación con ellos?
– Estoy muy contento. Tanto Mariano Jiménez como José Ignacio Ramos están haciendo las cosas muy bien. Se nota que son ambos matadores de toros. Son personas conocidas y reconocidas en el mundo del toro y esto lo he visto y sentido en las fincas que he visitado.
-¿Alcanzarán ese compromiso al que llegaron de torear entre 20 y 25 novilladas?
– Sí perfectamente. Ya tengo varias fechas cerradas, en plazas como Sotillo de la Adrada, Navas de San Juan, Villanueva de la Cañada, Cigales, Sigüenza, Tafalla, Moralzarzal, Andorra, Becerril de la Sierra, Azuqueca de Henares… y más que se irán concretando. Ahora bien, yo debo poner todo de mi parte y triunfar al máximo para facilitarles el trabajo a ellos.
-Estamos ya a finales de mayo y sólo se ha vestido de luces en una ocasión. ¿Esperaba un comienzo de temporada más intenso?
– No debemos olvidar que no se están organizando muchas novilladas picadas, salvo en las grandes ferias. La crisis económica se nota y siempre hay que torear en condiciones correctas para los toreros, sin poner. Por lo menos, que te paguen los gastos.
– De todos modos, un paseíllo y una salida a hombros. Aprovechó la oportunidad en Medina de Pomar. Pero, aparte del triunfo, ¿se sintió a gusto?
– La novillada de Antonio Bañuelos fue muy buena, tuvo mucha calidad. Y yo cuajé a uno de los novillos de mi lote, sobre todo con la mano izquierda, llevándola muy baja, como lo había soñado en más de una ocasión. Hubo ratos, cuando le cogí el aire a ese utrero, en que los me gustaría torear así siempre.
Derechazo bajo del novillero tudelano
-Es su quinta campaña con caballos. ¿Ha cambiado respecto a las anteriores?
– En muchos aspectos. Antes toreaba poco y hacía menos campo. Estaba solo. Ahora ya no. Mis apoderados me aconsejan y me liman fallos. Por otro lado, tengo más ambición por la cantidad de festejos que voy a torear. Y, por tanto, más ilusión. Ahora cojo mejor la medida a los toros, y he aprendido a torear todo tipo de toros. Mi técnica está mucho más pulida, aunque mi concepto del toreo es el mismo, ése no cambia.
-¿Qué espera de esta temporada?
– Torear un buen número de novilladas, cortar orejas, abrir puertas grandes y presentarme en plazas importantes, como las de Pamplona y Madrid. Espero que la Casa de Misericordia se acuerde de mí, que haga un esfuerzo y me ponga. Yo me considero navarro y la de Pamplona es mi plaza.
-La alternativa, ¿para cuándo?
– No he pensado todavía en ella. Ahora lo importante es torear lo más posible, para madurar, coger ambiente y cierto nombre en el mundo taurino.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX