Jinetes y ganado en la plaza de toros cirbonera. Fotografía: P. R.
Condujeron a catorce reses desde el paraje del Corral del Pito hasta la plaza de toros.
Alrededor de cuarenta jinetes y más de una docena de reses protagonizaron la IV Exhibición de Trashumancia que tuvo lugar el domingo en Cintruénigo. Un evento que se centró en realizar una demostración del manejo del ganado por cañadas y que fue organizado por la asociación hípica Cañada Real El Paso de esta localidad ribera.
La sede de la entidad, situada en el término del Paso, fue punto de encuentro para los jinetes participantes. Todos ellos degustaron un almuerzo antes de dirigirse, con sus monturas, al paraje conocido como Corral del Pito y Molengo. Fue aquí donde reunieron al ganado para conducirlo, a lomos de sus caballos, hasta la plaza de toros de Cintruénigo.
Las reses protagonistas de esta exhibición fueron un total de 11 vacas, de raza avileña, y tres bueyes, propiedad del ganadero de Peralta Javier Ezquerro.
Presupuesto y asistencia
El presupuesto de esta edición de la exhibición de trashumancia alcanzó los 1.600 euros. Fueron sufragados casi íntegramente con los recursos propios de la asociación Cañada Real El Paso.
Como explicó Pedro Fernández, uno de los miembros de la organización de la IV Exhibición de Trashumancia y que, según dijo, vive “a tope” esta iniciativa, el comportamiento de las vacas tuvo mucho que ver en el buen desarrollo de la jornada, ya que “fueron muy nobles”.
Fernández calificó la exhibición realizada como “suave y sin jaleos porque las vacas se prestaron”. Por otra parte destacó que hubo bastantes espectadores, aunque reconoció que “es probable que hubiera menos que en ediciones anteriores”.
Unos asistentes que, sobre todo, se concentraron en la zona de la Cañada Real y la Cantera además de en la entrada a la localidad ribera por la Bodega Cooperativa.
Desafortunadamente, un despiste a la hora de abrir las puertas del coso taurino hizo que el público no pudiera entrar en la plaza de toros. Fernández pidió disculpas a las personas que hubiesen deseado entrar en el coso cirbonero. “No controlamos la forma de abrir las puertas de la plaza y fue una pena. Ruego a todos que nos disculpen”, insistió Fernández.
Información de P. R. para Diario de Navarra.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX