BALANCE DE LA FERIA DEL TORO 2013. LOS TOROS. «UNA FERIA SIN PICANTE»

Los ocho toros de Dolores Aguirre en el Gas.

Los ocho toros de Dolores Aguirre en el Gas.

A diferencia de lo que ha sucedido en los últimos años, el fallo del jurado de los premios de la empresa, de la Casa de Misericordia, ha puesto a todos de acuerdo, no ha provocado división de opiniones.

Después de las ocho corridas de toros, quedaba claro que sólo dos podían optar al premio de la Feria del Toro al encierro lidiado más completo: Dolores Aguirre y Fuente Ymbro. En esta ocasión la laureada ha sido la primera, justo el año del fallecimiento, en primavera, de la ganadera vasca. Se lidió el 8 de julio. Por la mañana, la peña Oberena le rindió un homenaje público en el apartado de la plaza de toros. Por la tarde, se lo rindieron sus toros sobre el ruedo pamplonés.

Los seis toros de Constantina estuvieron bien presentados; ofensivos de cara y astifinos, ofrecieron un juego más que aceptable por su movilidad y repetición; formaron un conjunto toreable y dieron interés al festejo. Fue un encierro propio, digno de la Feria del Toro.

Como lo fue el que se lidió cinco días después, el de Fuente Ymbro. Fueron asimismo seis toros bien presentados –no así el sobrero-, con kilos, serios de cara, astifinos, nobles en conjunto y con mucha calidad el tercero y cuarto, que fueron ovacionados en el arrastre. Sin embargo, el resto de los toros bajaron la nota de la corrida; deslucidos segundo, quinto y sexto, el que abrió plaza tuvo también mucha nobleza pero sólo por el pitón derecho.

Respecto al citado tercero, un melocotón llamado Malicioso, atesoró mucha calidad en la muleta, pero sólo por el pitón derecho y apenas dijo nada en el primer tercio. Sin embargo, el premiado finalmente con el trofeo Carriquiri al toro más bravo, el negro llamado Heroína, realizó mejor pelea en varas y fue más completo en la muleta; incluso se le pudo dar la póstuma vuelta al ruedo.

Del resto de las corridas, Miura respondió a las complicaciones propias de su estirpe. Torrestrella trajo una corrida tan noble como débil, en la que hubo un ejemplar, el tercero, flaco, anovillado, sin presencia para esta feria.

Suspendieron sin paliativos las cuatro corridas de toros no andaluzas. Respecto a las salmantinas, la debutante Valdefresno se lo dejó todo en fachada; sus toros, descastados, tuvieron muy limitado recorrido. Y la del Pilar también decepcionó, tanto por su presentación –dos ejemplares muy terciados, anovillados- como por su juego, pues los toros anduvieron muy justos de fuerza y carecieron de fondo.

E igualmente decepcionó la corrida madrileña de Victoriano del Río.  Se esperaba mucho más de ella. Nada que reprochar en cuanto a presentación pero respecto a su juego, los toros se desplazaron con nobleza pero les faltó fondo y clase.

Por último, la toledana de Alcurrucén que abrió la feria aburrió hasta a los propios ganaderos; fue una mansada parada y descastada, la quinta que lidiaba en Pamplona en su quinta comparecencia. Un caso para estudiar. Treinta toros lidiados en la Feria del Toro y todos, los treinta, mansos y deslucidos.

Por todo ello, el fallo del jurado aportó, devolvió la tranquilidad a una feria accidentada pero no impidió que muchos aficionados, ante tanto toro manso, siguiesen echando en falta ese picante de los cebadas, que nunca han aburrido a nadie, lo que siempre es de agradecer y más en estos tiempos.

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