El caballero de Noain cobró un trofeo en la plaza burgalesa de Lerma y salió a hombros en la leonesa de Carbonero El Mayor.
Ganado: Seis utreros avanzados de Francisco Galache, bien presentados pero muy complicados.
Rejoneadores: Roberto Armendáriz (ovación y dos orejas), Andrés Romero (oreja en ambos) y Sebastián Fernández (silencio y dos orejas).
Incidencias: 6 de septiembre Carbonero El Mayor (Segovia). Tres cuartos de plaza. Los tres rejoneadores salieron a hombros.
Roberto Amrendáriz consiguió el domingo pasado la novena puerta grande de su temporada y lo hizo en la plaza segoviana de Carbonero El Mayor, donde desorejó al segundo de su lote, un ejemplar de Galache.
Al que abrió plaza lo recibió con Capea y lo castigó con un único rejón. En banderillas, calentó los tendidos con el buen hacer de Caramelo y de Duende. La faena fue merecedora de trofeos, pero en el último tercio, a lomos de Cristal, tras lucirse con las cortas, no acertó al matar; tres pinchazos precedieron al rejonazo definitivo y todo quedó en una ovación.
El caballero de Noain anduvo mucho más certero frene al cuarto de la tarde, al que recibió, de nuevo, con Capea. En banderillas, conquistó los tendidos con el toreo de costado de Prometido y el poderío de Zamorino. Ya en el tercio final, optó por Duende y con él se lució con una rueda de tres cortas consecutivos y con un rejonazo en todo lo alto que hizo rodar al toro sin puntilla y que posibilitó la concesión de las dos orejas.
En Lerma, una más
El jinete navarro había toreado el día anterior, sábado, en la plaza burgalesa de Lerma, donde el rejón letal le impidió abrir la puerta grande. Bajo media plaza ocupada, toreó mano a mano con el también rejoneador Óscar Borjas, que paseó una oreja de cada uno de su lote. Ambos lidiaron utreros de Puerto de San Lorenzo, de mal juego.
Armendáriz consiguió una oreja del que abrió plaza, tras una buena labor iniciada con Siroco, continuada con Prometido, Litri y Duende en banderillas, y finalizada con Cristal, con el que mató de un rejonazo, previo pinchazo.
Mayor calidad tuvo su segunda intervención, con Capea de inicio, Caramelo y Bombón en banderillas y Cristal en el último tercio, con el que anduvo fino con el rejón de muerte; tres pinchazos diluyeron la magnífica faena y el torero se tuvo que conformar con una ovación.