ARMENDÁRIZ CONSIGUE EN BADAJOZ EL SÉPTIMO RABO DE SU TEMPORADA

Como en El Herrumblar, Armendáriz logró cortar un rabo en la plaza de Entrerríos.

En la plaza pacense de Entrerríos rubricó una tarde redonda, de cuatro orejas y un rabo.

Ganado: Tres toros de El Trébol, los tres primeros, y otros tres de El Quintanar, desiguales de presentación, de decepcionante juego el primer trío y manejables y buenos para el toreo a caballo los del segundo.

Rejoneadores: Manuel Cordero (oreja y ovación), Joao Ribeiro Telles (vuelta y dos orejas y rabo) y Roberto Armendáriz (dos orejas y dos orejas y rabo).

Lugar y fecha: plaza de toros de Entrerríos (Badajoz). 12 de octubre.

Incidencias: Lleno. El rejoneador portugués y el navarro salieron a hombros.

Roberto Armendáriz volvió a rubricar ayer otra tarde tan redonda y como triunfal, y lo hizo en la plaza pacense de Entrerríos, localidad que pertenece al municipio de Villanueva de la Serena, en la que salió a hombros tras cortar nada menos que cuatro orejas y un rabo.

Bajo una plaza llena, el caballero de Noain se enfrentó a dos toros de distintas procedencias; en primer lugar, a uno de El Trébol –propiedad de Francisco Ordóñez-, de procedencia Núñez, manso aquerenciado; y en segundo, a uno de El Quintanar, encaste Murube, de buen juego.

A su primero, de El Trébol, lo paró Visir. En banderillas, tuvo que echar el resto con El Cañito, en tres palos, ante un toro refugiado en tablas que sólo se movía para pegar arreones. Faena muy trabajada, de entrega, ante un manso, que cerró con Cristal, con el que clavó tres cortas consecutivas y mató de un rejón. Hubo petición de rabo, pero el premio quedó en las dos orejas del mal toro.

El triunfo grande lo consiguió frente al sexto, murubeño de El Quintanar, un buen toro, manejable, que colaboró al lucimiento. El torero navarro comenzó su faena con Señorita, que paró al toro con elegancia. El tercio banderillas lo compartieron Ranchero, con el que clavó una al quiebro, Grano de Oro, con el que puso otra de gran transmisión, y Prometido, que lució con su parsimonioso toreo de costado en dos palos.

Para el tercio final, volvió a elegir a Cristal; tres cortas y dos rosas precedieron a un rejonazo de efectos fulminantes, a la concesión de los máximos trofeos y a una aclamada salida a hombros.