Antonio Bañuelos en su finca La Cabañuela. Fotografía: Diario de Burgos.
El ganadero burgalés considera que la situación es muy preocupante para este sector.
“La situación es muy preocupante para nuestro sector, que es estacional. Empieza en San José y acaba en El Pilar. Entre octubre y marzo no hay ingresos, pero hay un mantenimiento y una evolución en el cuidado del toro para el momento de la lidia. Este invierno ha sido benévolo y eso ha ayudado a que los toros se hayan hecho y rematado mejor. El problema es que tendrían que estar ya lidiándose y no va a ser posible», explica el ganadero Antonio Bañuelos en una entrevista publicada en Diario de Burgos.
El burgalés defiende que la fiesta debe ser rescatada por el Estado, por eso, los ganaderos ya se han dirigido a diferentes ministerios para que sean incluidos en las ayudas. “Somos un espectáculo más que debe ser protegido y subvencionado. La tauromaquia es el segundo ingresador de IVA en el país con más de 100 millones de euros en el último ejercicio”.
Pero como ganadero que sufre en sus propias carnes las consecuencias de esta pandemia, el burgalés lamenta los estragos que la misma está generando en el toro de lidia: ‘El drama que tiene cada ganadería es que no sabe cuándo va a lidiar’, asegura, además de explicar las características concretas en la alimentación de un animal al que define como ‘el mejor alimentado del mundo, porque se está fabricando un atleta’.
‘Hay ganaderías que han perdido Fallas, la Feria de Abril… Y los toros con seis años ya no se pueden lidiar. Las reses bravas son un producto perecedero. Ahora mismo hay un stock de mil toros que ya se tenían que haber lidiado y que pasan a incrementar el exceso de oferta que ya había’, explica con preocupación el criador, antes de concluir hablando de las ventajas que confiere proteger y preservar el hábitat donde crece esta especie única.
A todo ello añade que la ganadería de toros de lidia genera empleo verde y economía sostenible, y contribuye a la fijación de tejido rural, especialmente en aquellas zonas más deprimidas y despobladas del país, afirma en el citado medio.
Festejos taurinos Pamplona, S. XIX